DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO

Reflexionando y orando

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad, y, para que merezcamos conseguir lo que prometes, concédenos amar tus preceptos. Por Jesucristo nuestro Señor.

P. Ruiz Verdú OFM

Pongámonos delante de Dios con la confianza propia de hijos. Recordemos que su poder lo ejerce siempre con misericordia: no nos paga según nuestras culpas ni nos abandona. Su amor es eterno e infinitamente superior al nuestro; por mucho que le amemos. Su amor supera el nuestro con creces e infinitamente. Y situados así ante Dios le pedimos que aumente en nosotros lo que nos regaló el día de nuestro bautismo, cuando Él nos adoptó como hijos: la fe, la esperanza y la caridad. No le pedimos que nos las vuelva a dar, porque ya nos las regaló. Sí que las aumente; lo cual va a exigir  de nosotros más atención a sus preceptos.

Dos peticiones dirigimos a Dios: que aumente lo que nos dio y que amemos sus preceptos, a fin de conseguir lo que nos ha prometido. Promesas unidas sin ruptura al misterio pascual: muerte y resurrección de Cristo Jesús.

“Que se alegren los que buscan al Señor”

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo”

¿Te gusta el Blog?

Comparte con tus amigos para dar a conocer Familia Franciscana.