LA CUARESMA

Josep Maria Massana OFM

El tiempo litúrgico de Cuaresma nos da oportunidad de reflexión y de preparación para la fiesta central de todas las fiestas: la Pascua, la Resurrección de Jesús.
Cuaresma significa simplemente «cuarenta»: es el periodo de cuarenta días antes de Pascua que el calendario litúrgico cristiano señala para prepararnos a la fiesta de Pascua. Comienza el miércoles de Ceniza y termina el domingo de Pascua.
La duración de la Cuaresma tiene origen en el simbolismo del número cuarenta que se tenía como símbolo de plenitud. Así, cuarenta días son los que duró el Diluvio, los días que pasaron Moisés y Elías en el monte orando e intercediendo por el pueblo, o los días que ayunó Jesús en el desierto.
El objetivo de la cuaresma es establecer un periodo de reflexión y penitencia en que los cristianos tengan tiempo de prepararse para la celebración de Pascua. Tradicionalmente también se practica ayuno y abstinencia, pero de una manera muy suave: ayuno sólo dos días: miércoles de Ceniza y el Viernes Santo; y abstinencia sólo el miércoles de Ceniza y los viernes de cuaresma. Ambas cosas nos recuerdan lo que Jesús hizo en el desierto.
Más allá de lo que está establecido, el ayuno significa «dominio de sí», en las cosas que nos presenta la vida y que piden que en todo momento seamos dueños de nosotros mismos. La abstinencia tiene el sentir de abstenerse de algo que a pesar de ser lícito, podemos ofrecerlo al Señor, para sentirnos más identificados con Él.
Os deseo un provechoso tiempo de preparación para la Pascua.

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