ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Comenzamos las reflexiones sobre las oraciones de después de la comunión, que el sacerdote dirige a Dios en nombre de la asamblea litúrgica y con las que concluimos la celebración eucarística. Son oraciones de acción de gracias, de petición y bendición por lo general. Comenzamos a prepararnos para la comunión con la oración del Padre Nuestro, siendo los signos que realizamos hasta la comunión, manifestaciones de qué sentimientos debemos revestirnos para acercarnos a la mesa del Señor.
La comunión es participación en el banquete de Jesús, al cual hemos sido invitados. Es la culminación de la Eucaristía. ¿Qué nos impide comulgar? Escribe san Pablo, “Que cada cual se examine para no comer indignamente el cuerpo y la sangre del Señor”, el alimento de la salvación. Y después de comulgar, darle gracias al Señor.
Después de haber celebrado
está con Dios con recogido
que es de fe que él no se ha ido
si vos no lo habéis echado (Santa Ana del Monte-Jumilla)

I domingo de Adviento
Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.

Hemos tomado el cuerpo del Señor: Jesús está en nosotros. Es momento propicio para hablar con él. Y en esta oración le pedimos, no individualmente , sino como miembros de la Iglesia , que la presencia de Jesús produzca fruto abundante. Y hoy, este fruto, queremos que sea: “descubrir el valor de los bienes del cielo”. Conocer para amar. Porque hay que darles la importancia y el valor que tienen a los dones que Dios nos regala, que superan nuestra capacidad de imaginar y desear. Y una vez conocidos, “poner en ellos nuestro corazón” para que influyan en nuestro ser cristiano de todos los días.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad,
porque tú eres mi Dios y Salvador (salmo 24).

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