Jesús nuestro hermano

 

      Pedro Trigo

   Para reflexionar sobre Jesús hay que introducirse en las tradiciones de las comunidades cristianas recogidas en los Evangelios. Los Concilios cristológicos, por el contrario, son límites que no se deben traspasar, al igual que los historiadores o exégetas del siglo I. Todo lo contrario de los exegetas creyentes  que siguen la guía de los escritores sagrados: creyentes que escriben para otros creyentes sobre las tradiciones alimentadas en las catequesis impartidas en las comunidades de fe. En estas tradiciones hay que averiguar la intencionalidad, el género literario, la retórica concreta que compone el sentido de cada párrafo. Todo ello para descubrir al Jesús vivo, quien es el que da significado a los escritos evangélicos, porque «en Jesús encontramos a Dios, a nosotros mismos, la relación de Dios con nosotros, la relación entre Dios y nosotros, nuestro destino y el camino que nos conduce a él» (11).

A partir de aquí se trata el mundo que rodea a Jesús: la sociedad, la familia, el oficio de carpintero, y precisar que no tiene una formación sobre la Ley como se imparte en las escuelas rabínicas de Jerusalén. Lejos del templo, Jesús es bautizado por Juan y acepta la relación personal y viva con Dios. Con el bautismo, Jesús se aleja de su vida anterior, es poseído por el Espíritu y se experimenta como Hijo. A continuación sigue viviendo en medio de su pueblo, predica el Reino como la última revelación de Dios en la historia humana. Si bien hay que advertir que nunca nuestra respuesta a Jesús es un sí definitivo, y siempre se da en medio de un cultura, porque somos personas esencialmente históricas. Por eso Jesús se encuentra con los demás en las relaciones personales, y con el sentido mesiánico que las transforma en hijos e hijas de Dios. Es donde se sitúa su sentido de mesías. Un mesías que cumple su misión siendo itinerante, y rodeado de unos seguidores con los que crea una nueva familia de Dios. Con ella aleja todas las prescripciones que puedan adulterar el vino nuevo que ofrece como símbolo de la nueva vida (cf Mt 9,14-17). Y los envía a misionar sin los medios que puedan asegurar su vida, porque quien guía y sustenta es el mismo Dios, que, además de Creador, es Providente (cf Mt 6,25-33). Predican la paz y comparten los dones con los que los reciben. Y los hacen con los pobres, con los sencillos, con los pequeños, con los que se sienten pecadores y alejados de Dios por una relación legal; en definitiva, los insignificantes, cuya fe se abre de una manera ilimitada a él, como él lo hace con su Padre. Creer, pues, en Jesús en creer en Dios.

Se trata el poder de Jesús para responder a la máxima aspiración que tiene la gente en la actualidad. Es una capacidad de imponerse a los demás por la fuerza de su prestancia o por la fuerza bruta en contra de la voluntad del dominado. El poder de Jesús se entronca en su filiación divina vivida en la normalidad de la vida humana, sin tener que pertenecer a instituciones poderosas sociales o crearlas para, desde ellas, intentar dominar al pueblo. Su poder es su experiencia filial divina que le otorga una potencia ilimitada desde su relación con Dios. Por eso perdona los pecados desde la revelación de un Dios como amor misericordioso, habla con autoridad, alivia la pobreza y la enfermedad, recrea la vida humana. Todo ello motiva un seguimiento masivo que supera a los discípulos que le siguen, discípulos que permanecen también en los pueblecitos que visita, sobre todo en Galilea. Ello llama la atención a las autoridades religiosas, preocupadas por el poder de Jesús, poder que no sabían definir con el que tenían ellos procedente de la ley mosaica. Es lo que comunica Caifás al Sanedrín: embauca al pueblo y pone en peligro la relación con Roma (Jn 11,45-57). Jesús irradia una majestad muy diferente a como se muestra en los que detentan el poder humano: lejos del lujo, lo exhibe con una vida sencilla; como él dice: con mansedumbre y humildad de corazón (cf Mt 11,29). Majestad, belleza, gloria, autoridad, etc., todos los calificativos que le damos a los poderosos de esta tierra, Jesús los muestra en una humanidad servicial que vehicula el amor misericordioso de Dios y los expresa desde su relación filial divina. Su actitud ante el templo es clave para que las autoridades religiosas lo presenten a Pilato para crucificarlo. Previamente vive en su interioridad un infierno que constituye los que lo rechazan, los que traman su muerte para conservar su poder y privilegio, los que se alejan de la filiación divina, los que forman el misterio y la transmisión del mal.

En la cruz Jesús revela otro Dios muy distinto al que gritan para que le baje del lugar del suplicio; en la cruz y en el momento de morir es donde la comunidad cristiana pone en boca de un no judío su verdadera identidad: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios» (cf Mc 15,39). Es una vida que se entrega por los demás, como concreta Juan (Jn 15,13; cf Mc 10,45par). Es la respuesta que da a los que le quitan la vida; pero su vida, por el poder de Dios, va más allá del espacio y del tiempo y alcanza a todos los hombres, precisamente porque Jesús, resucitado por Dios, es una primicia de todos los demás hombres, comprendidos a estas alturas como hermanos suyos e hijos de Dios (cf Rom 8,24-25). Jesús, pues, nos ofrece vivir para siempre por nuestra fraternidad con él y filiación con el Padre y, además, poseer el Espíritu, que nos lo entregó a todos.

La obra termina exponiendo la humanidad de Jesús como paradigma del ser humano. Es la convicción que ha tenido el cristianismo a lo largo de los siglos, sea cual fuere la cultura donde se ha insertado. En los grandes temas que describen la vida de Jesús, la obra dialoga con la cultura y la sociedad occidental, analizando algunas actuaciones de la Iglesia más propias del poder político y económico. También dialoga con el mundo marginal actual. Es donde se observa cierto reduccionismo de la riqueza de la vida de Jesús según trasmiten las tradiciones en las dimensiones histórica, creyente e interpretativa.

 

Sal Terrae 2018, 574 pp., 14,5 x 21,2 cm.

 

 

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