LA HUELLA HÍDRICA.

¿TENDREMOS AGUA DENTRO DE 50 AÑOS?

 

Francisco López Bermúdez

¿Qué es la Huella Hídrica?

 El concepto de “Huella Hídrica” surge de la necesidad de disponer de un indicador del uso del agua basado en el consumo real de agua en un proceso o un producto. Es una variable necesaria que nos dice el agua que cuesta producir o fabricar un producto, por ejemplo un kilo de patatas, un litro de leche, una chuleta de ternera, un televisor, un coche, etc. Su cálculo se establece de forma modular, es decir, sumando las necesidades de uso y consumo de agua, en cada etapa de producción, desde el origen hasta el consumidor final. La “Huella Hídrica” es un indicador medioambiental. Tradicionalmente, las evaluaciones de los usos del agua se realizaban exclusivamente, midiendo o estimando los volúmenes de agua  de  fuentes y manantiales superficiales o subterráneosignorando la producción de bienes y servicios finales. No se tenía en cuenta que estos productos se realizan en largas cadenas de producción que consumen mucha agua dentro de cada una de las etapas y con impactos medioambientales específicos según cada zona o territorio.

El objetivo de la huella hídricaes, por un lado, tratar de evaluar el nivel de impacto sobre los recursos hídricos que requiere la producción de un bien, por otro, que la población tome  conciencia del consumo de agua que necesitamos en todas nuestras actividades. La huella hídrica nos sirve para tener un valor de referencia de como usamos el agua y, sobre todo, valorar  la importancia que tiene este recurso natural imprescindible para la vida, como debemos hacer un uso y gestión eficientes, sostenibles, del valioso recurso.

Recientemente, las Naciones Unidas han dado a conocer el  Informe “Perspectivas de la Población Mundial 2019”.  El crecimiento de la población mundial  ha sido vertiginoso hasta la actualidad como expresan los siguientes datos: Año 1900, 1600 millones; en 1950, 2.500; en el 2000, 6000 millones; en el  2019, unos 8.000 millones, estimando  que hacia el año 2050 la población mundial será de unos 10.00 millones y a final del presente siglo de unos 15.000 millones. Crecimiento poblacional en una Tierra, con la mayor parte de los recursos naturales limitados, que no pasa por el mejor momento medioambiental como muestran algunos  impactos  tales como que en los últimos  100 años  se haya duplicado  la cantidad del más importante gas calentador de la atmósfera, el dióxido de carbono. O que los bosques que antes cubrían la mitad de la superficie terrestre, en la actualidad apenas llegan a cubrir la cuarta parte. Sabemos que nuestro planeta azul está compuesto mayormente por agua, por eso es difícil creer que el recurso natural más preciado se ha vuelto escaso al punto de peligrar la futura producción de alimentos y la salud  de nuestra casa común: la Tierra.

¿Qué pasa con el agua?

Vivimos en un planeta donde el 71% de su superficie está cubierta de agua salada, el porcentaje restante  lo forman el agua dulcede los casquetes y glaciares polares, arroyos, ríos, lagos y  aguas subterráneas.El agua es un recurso finito pero renovable que se reparte entre la población  y la naturaleza. El uso del agua se distribuye entre un 65-70%  destinado al sector agrícola, los cereales, la carne y la leche son los productos que más agua necesitan. Un  19% en la industria y un 11% es para uso doméstico.

Su uso, sin ninguna restricción, ha crecido dos veces más deprisa que el aumento de la población y, los efectos del cambio climático hacen que cada vez más territoriossean vulnerables a sequías y escasez de agua.A nivel de usuario, el  uso eficiente del agua presenta un importante problema,  es el desconocimiento de las enormes cantidades de agua que necesitan el sector agrario y  la industria para producir sus cosechas y productos. Lo que en 2002 el profesor Arjen Hoekstra de la UNESCO calificó de “Huella Hídrica”.  Por poner algunos ejemplos llamativos: son necesarios casi 4.300 litros para producir un kilo de pollo, 1600  para uno de cereales,970 para uno de frutas, 325 para uno de verduras,15.000  para un kilo de carne de vacuno,5000 litros para fabricar 1 kg de queso, 370  litros para un almuerzo normal, entre 400 y 800 litros al lavar el coche con manguera, etc. La huella hídrica está ayudando a crear conciencia sobre el impacto que nuestra forma de vida, los productos que consumimos y los modos de producción que tienen sobre los recursos hídricos. En la huella hídrica se contemplan tres tipos de agua: Agua Azul, es el agua incorporada al producto procedente de fuentes naturales, ríos, manantiales  y acuíferos. Agua Verde, es el agua de lluvia, nieve y deshielo que se halla almacenada en el suelo y que se halla presente en los productos agrícolas. Agua Gris, es el agua contaminada por los procesos de producción que es necesario depurar para que sea utilizada y asimilada por  naturaleza.

 

La Huella Hídrica diaria  de una persona.

En higiene personal: unos  80 litros en un baño, 35 Litros  en una ducha de cinco minutos, unos 10 al tirar de la cadena, 2 más en lavarnos  los dientes y lavar la cara,etc.

Ropa: unos 4.000 litros empleados en la fabricación de un pantalón vaquero, camiseta  de algodón, ropa interior, etc. En la lavadora unos 65 litros.

Desayuno: 80 litros  por la taza de café y unas tostadas.

Comida: 439 litros por un entrecot con patatas, cerveza, vino, etc.

Cena:270 litros si terminamos el día con una ensalada, una naranja…

Litros al día: Gastamos, de modo aproximado, 5.000 litros.  Este volumen se acrecienta acusadamente   si se incluyen muchas más cosas muy consumidoras de agua como la lavadora, lavar los platos, limpieza del hogar y  otros gastos y costumbres,etc.

Entonces vistos estos datos cuantificados de modo aproximado, ¿será  sostenible mantener un gasto per cápita de agua de ese calibre con una población mundial en ascenso?

 

El ejemplo español    

La huella hídrica de nuestro país, en su totalidad, el volumen de agua consumida, utilizada directa e indirectamente, es de unos 2.400 metros cúbicos per capita. Ocupa el octavo puesto en la clasificación mundial de países con mayor huella hídrica (en producción y consumo) y el 2º puesto en el conjunto europeo por detrás de nuestros vecinos portugueses. Esta alarmantes cifra tienen como contrapunto el consumo medio de agua de los hogares que es de 136 litros por habitante y día, volumen que sitúan a nuestro país en el undécimo puesto en un ránking europeo con una tendencia alcista que contraviene lo que estima la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda el consumo de una media de entre 50 y 100 litros de agua al día para satisfacer las necesidades básicas del ser humano.Sin alarmarse, en un país donde el calentamiento global comienza a manifestarse con el aumento de las temperaturas y la tendencia hacia un cambio climático, se hace necesario que la población cambie  ciertos hábitos de derroche de agua y recurrir a la tecnología  con sistemas de riego más eficientes para reducir al máximo la huella hídrica. La disponibilidad de agua de calidad es esencial  y forma parte de los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Por último, unas sencillas acciones personales para reducir la huella hídrica desde tres opciones diferentes: alimenticias, hídricas y energéticas.

Alimenticias:

Reducir en la medida de lo posible tus desperdicios de alimentos, ya que estos también implican desperdiciar energía y agua.

Rebajar el consumo de carne, dado que requiere de más agua y combustibles fósiles que otros alimentos como verduras o legumbres.

Apoyar la agricultura sostenible. Consumir alimentos de explotaciones ecológicas, sostenibles,  producidos por empresas locales que no impongan largos desplazamientos para reducir la huella hídrica.

Hídricas:

Ahorrar agua en el hogar supone ahorrar energía. Cuanta menos cantidad uses, menos debe ser canalizada y depurada.

En la producción de todo producto se usa agua de manera indirecta, por lo que si compras menos y llevas a cabo un consumo responsable estarás ahorrando mucha más agua de la que piensas. También se te anima a apostar por la reutilización y el reciclaje.

Modera o suprime beber agua embotellada en plástico, porque la producción y uso masivo de este material supone una lacra para nuestro medio ambiente al aumentar la contaminación, sobre todo, de los mares y océanos.

Energéticas:

Intenta fomentar la “energía verde” o renovable  que es la que se obtiene de fuentes naturales y en principio inagotables, además este tipo de energía no emite gases contaminantes, ni residuos radioactivos. Eligiendo la energía verde luchas contra el cambio climático, reduces la huella medioambiental y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Existen varios tipos: energía solar, eólica, geotérmica, hidráulica, maremotriz, biomasa y geotérmica.

Estos datos evidencian, con el transcurso del tiempo, el aumento del consumo de agua por habitante y año. Esta tendencia ascendente en la demanda del vital recurso  debe hacernos reflexionar ya que el recurso agua es cada vez más escaso. Conocer la huella hídrica a diferentes escalas individual, familiar, municipal, regional, nacional y mundial ayuda a ser conscientes  del gasto hídrico, la necesidad de reducir su consumo, a aumentar el respeto y la sensibilización hacia este valioso recurso, a valorarlo como activo ecológico y socialy, en definitiva a disminuir la huella hídrica.

Francisco LÓPEZ BERMÚDEZ

 

El riego por aspersión es en España uno de los sistemas de riego a presión más importantes. Es un sistema que produce una lluvia controlada y localizada en un área en concreto. El viento puede distorsionar la distribución de agua, producir pérdidas  por evaporación, exige agua sin sedimentos y, la inversión puede ser costosa.

 

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